El nombre de la «tía» Upe era Guadalupe y llevó durante mucho, mucho tiempo, el apelativo cariñoso de «tía». ¿Por qué? Porque vivió más de cien años: unos dicen que 101, otros que 102…Ésta fue su casa: bienvenido/a al hogar de una mujer longeva.
Eran tiempos de alumbrarse con candil y de ir a por agua a la fuente. Y cuando se acababa la labor, los vecinos charlaban. Repasaban sus historias y se acordaban de los que un día se marcharon en busca de fortuna.
Algunos volvieron ricos y mejoraron la vida de sus paisanos, como Simón de Ágreda y Martínez de Cabezón, de San Román de Cameros, enfrente de Velilla.
Fundó la escuela de San Román y garantizó enseñanza gratuita en este entorno hace más de 200 años.
Los cameranos se vanaglorian de que entre sus abuelos y bisabuelos no hubo ninguna persona analfabeta. Los niños de Velilla también fueron a esta escuela y hoy sigue abierta.